Perder el tiempo


Perder el tiempo

Cuando iba a la escuela tenía miedo de perder el tiempo. Generalmente llegaba a clase puntualmente, tomaba las clases y salía de la escuela.  Nada de quedarme en el pasto, a comer o desayunar y mucho menos a tomar alcohol, por una parte era porque no tenía dinero y por otra importante, era porque no quería perder el tiempo. Me daba tanto miedo perderlo. Era como si se me fuera a ir éste y no regresaría jamás, parecía que lo que hacía fuera una carrera de tiempo. 

Mi madre siempre decía “no pierdas el tiempo”. 

Hasta la fecha no sé qué signifique eso, sin embargo, ya puedo disfrutar de quedarme en un jardín leyendo o en una cafetería escribiendo. ¿A eso le llamarán perder el tiempo? 

En parte esa pregunta me impidió hacer muchas cosas, vivir cosas lindas en el CCH y en la universidad. Vivir, experimentar, tener amigos entrañables de esa época. No. No me daba permiso de ello. Prefería leer libros de teatro, estar en la biblioteca o sino en casa o “perdiendo el tiempo” en el centro caminando. Sentía que sí me movía no llevaba a cabo esa sentencia. Era algo así como ejemplar: iba a la escuela, hacía ejercicio, estudiaba, leía y jamás hacía otra cosa que no fuera algo ajeno a ello. Hasta que me di cuenta que también estaba perdiendo el tiempo y por lo tanto entristecí. Vino una depresión, confusión, y más cosas. Locura, pueden llamarle, desde entonces. 

Leer, leer, leer… eso hacía. Teorizar, cambiar el mundo en una mesa con colegas que al finalizar la charla todo seguía igual o peor. La vida es diferente a la teoría. Siempre es diferente. 

Los que teorizamos perdemos el tiempo, los que elevamos la teoría en ves de la práctica perdemos el tiempo. Hacemos nada. Terminé haciendo lo que tanto temía… 

Ahora mi rutina consiste en eso, en perder el tiempo, leer, escuchar música, buscar trabajo, intentar ser funcional y productiva socialmente. No por ello dejo de perder el tiempo. Lavo trastes, limpio la casa… 

Sentencia cumplida la de mi madre: tú siempre estás perdiendo el tiempo. Siempre estás leyendo, siempre buscas libros, siempre metida en libros… Siempre ha sido así. 

Perder el tiempo: Locución verbal. Malgastar o desperdiciar el tiempo en cosas o actividades inútiles o poco provechosas. Esperar en vano algo que nunca se concretará o consumará.

¿Habré perdido el tiempo? Me pregunto hasta la fecha. Aún no estoy segura…

Perdiendo el tiempo. Fotografía digital, Jessica Piedras. 2022

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