Cuando las mujeres nos reunimos en círculo, nos regocijamos, renacemos y nos hacemos una.
El círculo es una figura geométrica formada por una línea curva cerrada.
Las mujeres y los círculos tenemos una naturaleza semejante. Los círculos son cíclicos como los procesos de la Tierra, como nuestros procesos biológicos, como nuestro ciclo menstrual.
El círculo, la redondez, como el vientre materno en gestación, como nuestros senos que amamantan, como nuestro ombligo que conecta.
El círculo es justo, cualquier elemento de esa línea curva es importante, no hay jerarquías dentro de él. El círculo es unidad, contiene y soporta.
Convencida de esta idea, Magnolia Xochitlpapalotl hace 5 años formó el Círculo de Mujeres: Yolotltepetl, que en náhuatl significa corazón de la montaña, ubicado en la zona de los volcanes, a faldas del Popocatépetl, en el Estado de México. Con la necesidad, primero propia, de juntarse periódicamente con otras mujeres, en un espacio que sólo fuera de mujeres y para mujeres.
Ella nos invitó y hoy te compartimos sin duda una gran experiencia, que a su vez te invitamos a vivir .
Al llamado llegaron lo mismo, mujeres de la zona, de otros Estados de la República, e incluso de otros países. En la búsqueda de ese instante donde puedes ser tú misma sin ser juzgada, recibir ese apapacho propio y si lo deseas colectivo.
El bosque, la luna, el temazcal con las abuelas ardiendo son los anfitriones que nos reciben con los brazos abiertos. El humo de copal y los altares con flores y frutos inundan de recuerdos al espíritu. Al pie de la fogata la convivencia se da entre cantos, risas y rituales. El compartir de saberes, alimentos, palabras que generan un ambiente íntimo de confianza y acompañamiento, reconociéndonos en nuestra unidad, formando un vínculo sólido de amistad.
En el círculo se trabajan herramientas como autoconocimiento, autocuidado, sororidad, arraigo a la naturaleza, amor hacia nuestro cuerpo, menstruación consciente, entre otros.
Al amanecer esperamos con cariño los primeros rayos del sol, damos una caminata juntas por el bosque y tomamos algunas fotografías, reconociéndonos bellas de cuerpo y alma, amigas, “hermagas”. Confirmando que la mejor amiga de una mujer, es otra mujer.
Al finalizar, todas emprendemos nuestro camino a casa, sabedoras de nuestra energía y nuestro valor. Relajadas, sonriendo, con la confianza de que aunque sólo acudas una vez al Círculo de Mujeres, ahí tendrás tu manada.
F: Magnolia Luna